English:
In my last year at school, in February-March 2006, two months before turning 18, we went on a school trip to Amsterdam. We were given three different options and we chose Amsterdam for one specific reason: because there we would be able to see many Rembrandt and Van Gogh's paintings and, since we had been studying their work for one year at school, we were really interested in seeing them live. I suppose most students' main reason to go to Amsterdam, specially taking into account that we were between 17 and 18 years old, was because they could go to nightclubs and smoke joints in one of the many available coffee shops; but I wasn't at all interested in that. However, we did enter a coffee shop one night and we did party at the weekend. I like to think of Amsterdam as a clash between culture, tradition and history and the willingness to be an inclusive and updated society where an ancient building, church or museum can be located next to a nightclub, a coffee shop or a sex museum. We spent those days visiting those ancient places and marvelling at the exceptional artists that had been born there and the nights dancing in packed discos. We visited Anne Frank's house during the day, and ate a weed muffin at night. We went around the outskirts of the city by bicycle during the day, and entered a sex museum in the afternoon. If I think about it in depth, at that time, we - my classmates and I - also represented that transition from innocence to adulthood. We were still an in-between when we went to Amsterdam - we were still kids -, but, after that year at school, most of us would go to unversity and we'd have to grow up whether we liked it or not.
Amsterdam: from Van Gogh's paintings to nightclubs and coffee shops.
In my last year at school, in February-March 2006, two months before turning 18, we went on a school trip to Amsterdam. We were given three different options and we chose Amsterdam for one specific reason: because there we would be able to see many Rembrandt and Van Gogh's paintings and, since we had been studying their work for one year at school, we were really interested in seeing them live. I suppose most students' main reason to go to Amsterdam, specially taking into account that we were between 17 and 18 years old, was because they could go to nightclubs and smoke joints in one of the many available coffee shops; but I wasn't at all interested in that. However, we did enter a coffee shop one night and we did party at the weekend. I like to think of Amsterdam as a clash between culture, tradition and history and the willingness to be an inclusive and updated society where an ancient building, church or museum can be located next to a nightclub, a coffee shop or a sex museum. We spent those days visiting those ancient places and marvelling at the exceptional artists that had been born there and the nights dancing in packed discos. We visited Anne Frank's house during the day, and ate a weed muffin at night. We went around the outskirts of the city by bicycle during the day, and entered a sex museum in the afternoon. If I think about it in depth, at that time, we - my classmates and I - also represented that transition from innocence to adulthood. We were still an in-between when we went to Amsterdam - we were still kids -, but, after that year at school, most of us would go to unversity and we'd have to grow up whether we liked it or not.
Spanish / Castellano:
En mi último año en el instituto, en febrero-marzo de 2006, dos meses antes de cumplir los 18, hicimos un viaje de estudios a Amsterdam. Nos dieron tres opciones diferentes y escogimos Amsterdam por una razón en concreto: porque allí podríamos ver muchos cuadros de Rembrandt y de Van Gogh y, como habíamos estado estudiando sus obras durante un año en el instituto, estábamos muy interesados en verlos en directo. Supongo que la razón principal de la mayoría del alumnado para ir a Amsterdam, especialmente teniendo en cuenta que teníamos entre 17 y 18 años, era porque podrían ir a discotecas y fumar porros en alguno de los muchos coffee shops que hay allí; pero yo no estaba interesada en nada de eso. Sin embargo, sí entramos en un coffee shop una noche y sí fuimos de fiesta durante el fin de semana. Me gusta pensar en Amsterdam como un choque entre la cultura, la tradición y la historia y el deseo de ser una sociedad inclusiva y actualizada donde un edificio antiguo, iglesia o museo podía estar ubicado al lado de una discoteca, un coffee shop o un museo de sexo. Pasamos los días visitando esos lugares antiguos y maravillándonos con los excepcionales artistas que habían nacido allí y las noches bailando en las discotecas. Visitamos la casa de Ana Frank durante el día, y nos comimos un muffin de marihuana por la noche. Fuimos a pasear por las afueras de Amsterdam en bicicleta durante el día y por la tarde entramos a un museo del sexo. Si pienso en ello en profundidad, por aquellos tiempos, nosotros - mis compañeros de clase y yo - también representábamos esa transición entre la inocencia y la edad adulta. Éramos aún unos in-between (es decir, que estábamos en medio de dos etapas) cuando fuimos a Amsterdam - aún éramos críos -, pero, después de ese año en el instituto, la mayoría de nosotros iríamos a la universidad y tendríamos que crecer y madurar tanto si nos gustaba como si no.
Amsterdam: de las pinturas de Van Gogh a las discotecas y coffee shops.
En mi último año en el instituto, en febrero-marzo de 2006, dos meses antes de cumplir los 18, hicimos un viaje de estudios a Amsterdam. Nos dieron tres opciones diferentes y escogimos Amsterdam por una razón en concreto: porque allí podríamos ver muchos cuadros de Rembrandt y de Van Gogh y, como habíamos estado estudiando sus obras durante un año en el instituto, estábamos muy interesados en verlos en directo. Supongo que la razón principal de la mayoría del alumnado para ir a Amsterdam, especialmente teniendo en cuenta que teníamos entre 17 y 18 años, era porque podrían ir a discotecas y fumar porros en alguno de los muchos coffee shops que hay allí; pero yo no estaba interesada en nada de eso. Sin embargo, sí entramos en un coffee shop una noche y sí fuimos de fiesta durante el fin de semana. Me gusta pensar en Amsterdam como un choque entre la cultura, la tradición y la historia y el deseo de ser una sociedad inclusiva y actualizada donde un edificio antiguo, iglesia o museo podía estar ubicado al lado de una discoteca, un coffee shop o un museo de sexo. Pasamos los días visitando esos lugares antiguos y maravillándonos con los excepcionales artistas que habían nacido allí y las noches bailando en las discotecas. Visitamos la casa de Ana Frank durante el día, y nos comimos un muffin de marihuana por la noche. Fuimos a pasear por las afueras de Amsterdam en bicicleta durante el día y por la tarde entramos a un museo del sexo. Si pienso en ello en profundidad, por aquellos tiempos, nosotros - mis compañeros de clase y yo - también representábamos esa transición entre la inocencia y la edad adulta. Éramos aún unos in-between (es decir, que estábamos en medio de dos etapas) cuando fuimos a Amsterdam - aún éramos críos -, pero, después de ese año en el instituto, la mayoría de nosotros iríamos a la universidad y tendríamos que crecer y madurar tanto si nos gustaba como si no.
Catalan / Català:
Durant el meu darrer any a l'institut, durant els mesos de febrer-març de 2006, dos mesos abans de complir els 18, vam fer un viatge d'estudis a Amsterdam. Ens van donar tres opcions diferents i vam triar Amsterdam per una raó en concret: perquè allà podríem veure molts dels quadres de Rembrandt i Van Gogh i, com que havíem estat estudiant les seves obres durant un any a l'institut, estàvem molt interessats en veure'ls en directe. Supòs que la raó principal de la majoria de l'alumnat per anar a Amsterdam, especialment tenint en compte que teníem entre 17 i 18 anys, era perquè podien anar a discoteques i fumar porros a algun dels molts coffee shops que hi ha allà; però jo no estava interessada en res de tot això. No obstant, sí vam entrar a un coffee shop un vespre i sí vam anar de festa durant el cap de setmana. M'agrada pensar en Amsterdam com un xoc entre la cultura, la tradició i la història i el desig de ser una societat inclusiva i actualitzada on un edifici antic, església o museu podia estar ubicat devora una discoteca, un coffee shop o un museu del sexe. Vam passar els dies visitant aquells llocs antics i meravellant-nos amb els excepcionals artistes que havien nascut allà i les nits ballant dins les discoteques. Vam visitar la casa d'Ana Frank durant el dia, i ens vam menjar un muffin de marihuana el vespre. Vam anar a passejar per les afores d'Amsterdam en bicicleta durant el dia i l'horabaixa vam entrar a un museu del sexe. Si pens en això en profunditat, llavors nosaltres - els meus companys de classe i jo - també representàvem aquella transició entre la innocència i l'edat adulta. Érem encara uns in-between (és a dir, que estàvem enmig de dues etapes) quan vam anar a Amsterdam - encara érem uns nins -, però després d'aquell any a l'institut, la majoria de nosaltres aniríem a la universitat i hauríem de madurar tant si ens agradava com si no.
Amsterdam: de les pintures de Van Gogh a les discoteques i coffee shops.
Durant el meu darrer any a l'institut, durant els mesos de febrer-març de 2006, dos mesos abans de complir els 18, vam fer un viatge d'estudis a Amsterdam. Ens van donar tres opcions diferents i vam triar Amsterdam per una raó en concret: perquè allà podríem veure molts dels quadres de Rembrandt i Van Gogh i, com que havíem estat estudiant les seves obres durant un any a l'institut, estàvem molt interessats en veure'ls en directe. Supòs que la raó principal de la majoria de l'alumnat per anar a Amsterdam, especialment tenint en compte que teníem entre 17 i 18 anys, era perquè podien anar a discoteques i fumar porros a algun dels molts coffee shops que hi ha allà; però jo no estava interessada en res de tot això. No obstant, sí vam entrar a un coffee shop un vespre i sí vam anar de festa durant el cap de setmana. M'agrada pensar en Amsterdam com un xoc entre la cultura, la tradició i la història i el desig de ser una societat inclusiva i actualitzada on un edifici antic, església o museu podia estar ubicat devora una discoteca, un coffee shop o un museu del sexe. Vam passar els dies visitant aquells llocs antics i meravellant-nos amb els excepcionals artistes que havien nascut allà i les nits ballant dins les discoteques. Vam visitar la casa d'Ana Frank durant el dia, i ens vam menjar un muffin de marihuana el vespre. Vam anar a passejar per les afores d'Amsterdam en bicicleta durant el dia i l'horabaixa vam entrar a un museu del sexe. Si pens en això en profunditat, llavors nosaltres - els meus companys de classe i jo - també representàvem aquella transició entre la innocència i l'edat adulta. Érem encara uns in-between (és a dir, que estàvem enmig de dues etapes) quan vam anar a Amsterdam - encara érem uns nins -, però després d'aquell any a l'institut, la majoria de nosaltres aniríem a la universitat i hauríem de madurar tant si ens agradava com si no.
The views from the Van Gogh Museum.
Las vistas desde el museo de Van Gogh.
Les vistes des del museu de Van Gogh.
Oh, my... That hair! LOL
¡Madre mía, qué pelos! Jajaja
Mare meva, quin pèl! Jajaja
Sex museum.
Museo del sexo.
Museu del sexe.
Weed muffin.
Muffin de marihuana.
Idò si, bona peluca.
ReplyDeleteJajajaja Mamáááá! Jajajajaja Quins cabells tan horribles! Com podia anar amb això pel món?
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