English:
My first trip to Germany was some months after I had come back from New York. Since I had spent most of the summer holidays (before travelling to New York) working and so had my best friend, we had enough money to treat ourselves with a trip together. It was the first time we travelled alone together, but we both loved the experience. In fact, even though this happened in 2007, we still talk about it when we meet nowadays because we have so many good memories and very funny moments to remember.
Berlin: the perfect integration of a contemporary society in a historic city.
My first trip to Germany was some months after I had come back from New York. Since I had spent most of the summer holidays (before travelling to New York) working and so had my best friend, we had enough money to treat ourselves with a trip together. It was the first time we travelled alone together, but we both loved the experience. In fact, even though this happened in 2007, we still talk about it when we meet nowadays because we have so many good memories and very funny moments to remember.
From all the European cities we could have chosen, we chose Berlin because we had spent several years of our lives studying German and it would be the perfect occasion to practise the language with native speakers.
When we first arrived in Berlin, the weather was awful: it was really cloudy and rainy and it was quite uncomfortable to walk around the city under the rain. The weather continued like that for the first three days of your trip up to the point when we were so desperate and frustrated that we thought we didn't like that city at all. However, that changed when we started accepting the weather conditions - what the hell were we thinking, that we would go to Germany in December and it would be sunny as it is in Mallorca? No way! So, in order to fight the horrible weather conditions, we bought a very cheap (and useless) umbrella which broke one day after we had bought it. I still remember walking towards Kurfürstendamm with some metal bars sticking out from our umbrellas, ready to kill someone, and the map we had bought at a petrol station on our first day there breaking into pieces because of the wind. People usually call these things imperfections or disastres, but that is the good stuff. That is what you usually remember when you come back from a trip: the broken umbrella and map, the picture where I was supposed to be posing in front of the Cathedral but in which you could only see me and a huge lorry that happened to cross the street just as my friend was taking the picture, feeding the ducks until we had no food left for us, dancing to stupid music in the room (and giving a concert to all the guests in the hotel without even realizing it), trying very sour food in a restaurant and having the waiter looking straight into my eyes as I was pulling a face, and so many other things.
But that is not everything I remember about my trip to Berlin. I also remember enjoying myself and quickly falling in love with the city. Berlin is a historic city which has gone through many processes of adaptation, but it has always found its way to build itself up again. That is what makes it so rich in terms of culture and history: the fact that it has been able to adapt to all the changes it has gone through in history and the fact that it has been able to become a contemporary society that bears in mind all those historic processes. As you will see in the pictures, modern and ancient buildings are very well integrated - you may be walking along a street and see a state-of-the-art train station fully made of glass with a Baroque church next to it. My friend and I couldn't stop marvelling at that contrast between the old and new that result in simple perfection. What we know for sure is that Berlin was a good way to start travelling together, it was an experience that we're never going to forget, we'll always talk about it when we meet and, what is more, we will always be in love with that city.
Spanish / Castellano:
Mi primer viaje a Alemania fue unos meses después de haber vuelto de Nueva York. Como me había pasado la mayor parte de las vacaciones (antes de ir de viaje a Nueva York) trabajando y mi mejor amiga había hecho lo mismo, teníamos suficiente dinero para regalarnos un viaje juntas. Era la primera vez que viajábamos juntas y solas, pero a las dos nos encantó la experiencia. De hecho, aunque esto pasara en 2007, aún hablamos de ello cuando nos vemos hoy en día porque tenemos muy buenos recuerdos y muchos momentos divertidos para recordar.
Berlín: la perfecta integración de una ciudad contemporánea en una ciudad histórica.
Mi primer viaje a Alemania fue unos meses después de haber vuelto de Nueva York. Como me había pasado la mayor parte de las vacaciones (antes de ir de viaje a Nueva York) trabajando y mi mejor amiga había hecho lo mismo, teníamos suficiente dinero para regalarnos un viaje juntas. Era la primera vez que viajábamos juntas y solas, pero a las dos nos encantó la experiencia. De hecho, aunque esto pasara en 2007, aún hablamos de ello cuando nos vemos hoy en día porque tenemos muy buenos recuerdos y muchos momentos divertidos para recordar.
De todas las ciudades europeas que hubiéramos podido elegir, escogimos Berlín porque nos habíamos pasado algunos años de nuestras vidas estudiando alemán y sería la ocasión perfecta para practicar el idioma con nativos.
Cuando llegamos a Berlín por primera vez, el tiempo era horrible: estaba nublado y llovía y era bastante incómodo caminar por la ciudad bajo la lluvia. El tiempo continuó de esa forma durante los tres primeros días de nuestro viaje hasta el punto que estábamos tan desesperadas y frustradas que pensamos que no nos gustaba la ciudad en absoluto. No obstante, eso cambió cuando empezamos a aceptar las condiciones atmosféricas - ¿qué demonios pensábamos, que iríamos a Alemania en diciembre y que estaría tan soleado como en Mallorca? ¡De ninguna manera! Entonces, para luchar en contra de las condiciones atmosféricas, nos compramos un paraguas muy barato (e inútil) que se rompió un día después de haberlo comprado. Aún me acuerdo de estar caminando hacia Kurfürstendamm con algunos hilos metálicos saliendo de nuestros paraguas, listos para matar a alguien, y el mapa que nos habíamos comprado en una gasolinera en nuestro primer día en la ciudad rompiéndose en pedazos a causa del viento. La gente normalmente llama a eso imperfecciones o desastres, pero eso es lo bueno. Eso es lo que recuerdas cuando vuelves de un viaje: el paraguas y el mapa rotos, la foto donde se suponía que yo tenía que estar posando en frente de la Catedral pero en la cual solamente se me veía a mí y un camión enorme que pasó por allí cuando mi amiga me estaba haciendo la foto, alimentar a los patos hasta quedarnos nosotras sin comida, bailar con música chorra en la habitación (y dar un concierto - al son de Pimpinela - a todos los clientes del hotel sin darnos cuenta), probar una comida muy amarga en un restaurante y tener al camarero mirándome directamente a los ojos mientras estaba haciendo muecas, y muchas cosas más.
Pero eso no es todo lo que yo recuerdo de mi viaje a Berlín. También me acuerdo de estar pasándomelo bien y rápidamente enamorarme de la ciudad. Berlín es una ciudad histórica que ha pasado por muchos procesos de adaptación, pero siempre ha encontrado la forma de volverse a levantar. Eso es lo que la hace tan rica cultural e históricamente: el hecho de que ha sido capaz de adaptarse a todos los cambios que ha sufrido a lo largo de la historia y el hecho de que ha sabido convertirse en una sociedad contemporánea que recuerda todos aquellos procesos históricos. Como veréis en las fotos, los edificios modernos y antiguos están muy bien integrados - a lo mejor estás caminando por una calle y ves una estación de tren supermoderna hecha completamente de cristal con una iglesia barroca justo al lado. Mi amiga y yo no pudimos dejar de maravillarnos con ese contraste entre lo viejo y lo nuevo que dan por resultado la perfección. Lo que sabemos seguro es que Berlín fue una buena forma de empezar a viajar juntas, que fue una experiencia que nunca olvidaremos, que siempre hablaremos de ello cuando nos veamos y, lo que es más, que siempre estaremos enamoradas de esa ciudad.
Catalan / Català:
El meu primer viatge a Alemanya va ser uns mesos després d'haver tornat de Nova York. Com que m'havia passat la major part de les vacances d'estiu (abans d'anar de viatge a Nova York) fent feina i la meva millor amiga havia fet el mateix, teníem doblers suficients per regalar-nos un viatge juntes. Era la primera vegada que viatjàvem juntes i totes soles, però l'experiència ens va encantar a totes dues. De fet, tot i que això passàs l'any 2007, encara en xerram quan ens veiem avui en dia perquè tenim molt bons records i molts de moments divertits per recordar.
Berlín: la perfecta integració d'una societat contemporània a una ciutat històrica.
El meu primer viatge a Alemanya va ser uns mesos després d'haver tornat de Nova York. Com que m'havia passat la major part de les vacances d'estiu (abans d'anar de viatge a Nova York) fent feina i la meva millor amiga havia fet el mateix, teníem doblers suficients per regalar-nos un viatge juntes. Era la primera vegada que viatjàvem juntes i totes soles, però l'experiència ens va encantar a totes dues. De fet, tot i que això passàs l'any 2007, encara en xerram quan ens veiem avui en dia perquè tenim molt bons records i molts de moments divertits per recordar.
De totes les ciutats europees que hauríem pogut triar, vam escollir Berlín perquè ens havíem passat alguns anys de les nostres vides estudiant alemany i seria l'ocasió perfecta per practicar l'idioma amb nadius.
Quan vam arribar a Berlín per primera vegada, el temps era horrible: estava ennuvolat i plovia i era bastant incòmode caminar per la ciutat mentre plovia. El temps va continuar així durant els primers tres dies del nostre viatge fins al punt que estàvem tan desesperades i frustrades que vam pensar que nos ens agradava la ciutat en absolut. No obstant, això va canviar quan vam començar a acceptar les condicions atmosfèriques - què pensàvem, que aniríem a Alemanya per desembre i que faria el mateix sol que per Mallorca? De cap manera! Llavors, per lluitar en contra de les condicions atmosfèriques, ens vam comprar un paraigua molt barat (i inútil) que es va rompre un dia després d'haver-lo comprat. Encara record estar caminant cap a Kurfürstendamm amb alguns dels fils metàl·lics sortint dels nostres paraigües, llestos per matar algú, i el mapa que ens havíem comprat a una benzinera el nostre primer dia rompent-se en mil trossos a causa del vent. La gent normalment anomena a aquestes coses imperfeccions o desastres, però això és bo. Això és allò que recordes quan tornes d'un viatge: el paraigua i el mapa romputs, la foto on se suposava que jo havia de sortir posant davant la Catedral però on només sortia jo amb un camió enorme que va passar per allà quan la meva amiga estava fent la foto, alimentar les oques fins que ens vam quedar nosaltres sense menjar, ballar amb música magra dins l'habitació (i fer un concert - al so de Pimpinela - a tots aquells clients de l'hotel sense adonar-nos-en), provar un menjar molt amarg a un restaurant i tenir al cambrer mirant-me directament als ulls mentre jo estava fent ganyotes, i moltes coses més.
Però això no és tot allò que jo record del meu viatge a Berlín. També record estar passant-m'ho bé i ràpidament enamorar-me de la ciutat. Berlín és una ciutat històrica que ha passat per molts de processos d'adaptació, però sempre ha trobat la forma de tornar-se aixecar. Això és allò que la fa tan rica cultural i històricament: el fet de que ha estat capaç d'adaptar-se a tots els canvis que ha sofert al llarg de la història i el fet que ha sabut convertir-se en una societat contemporània que recorda tots aquells processos històrics. Com veureu a les fotos, els edificis moderns i antics estan molt ben integrats - potser estàs caminant per un carrer i veus una estació de tren supermoderna feta completament de vidre amb una església barroca just devora. La meva amiga i jo no vam poder deixar de meravellar-nos amb aquest contrast entre allò vell i allò nou que donen per resultat la perfecció. Allò que sabem segur és que Berlín va ser una bona forma de començar a viatjar juntes, que va ser una experiència que mai no oblidarem, que sempre parlarem d'aquest viatge quan ens vegem i, el que és més, que sempre estarem enamorades d'aquesta ciutat.
Gendarmenmarkt, the most beautiful square in Berlin.
Gendarmenmarkt, la plaza más bonita de Berlín.
Gendarmenmarkt, la plaça més bella de Berlín.
Gendarmenmarkt.
Gendarmenmarkt.
Gendarmenmarkt.
Gendarmenmarkt.
Gendarmenmarkt.
Gendarmenmarkt.
Haus der Kulturen der Welt, the German national place where modern art is presented and discussed.
Haus der Kulturen der Welt, el lugar nacional alemán donde se presenta y discute el arte moderno.
Haus der Kulturen der Welt, el lloc nacional alemany on es presenta i es discuteix l'art modern.
Victory Column.
La columna de la victoria.
La columna de la victòria.
Reichstag, the German parliament.
Reichstag, el parlamento alemán.
Reichstag, el parlament alemany.
Brandenburg Gate.
La Puerta de Brandenburgo.
La Porta de Brandenburg.
Christmas time!
¡Navidad!
Nadal!
Memorial to the Murdered Jews of Europe.
Monumento a los judíos de Europa asesinados.
Monument als jueus d'Europa assassinats.
Potsdamer Platz.
Berliner Dom, the Cathedral.
Berliner Dom, la catedral.
The TV aerial.
La antena de televisión.
L'antena de televisió.
The Charlottenburg Palace.
El palacio Charlottenburg.
El palau Charlottenburg.
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