Thursday, 20 July 2017

Bratislava: when the young meets the old and mixes it with life, history and culture.

English:

Bratislava: when the young meets the old and mixes it with life, history and culture.


Let's go back, once again, to 2014, when, after a long academic year working, I decided to travel by myself to Vienna, Bratislava and Budapest for ten days.

Bratislava was my second stop, for it is located only 65 km away from Vienna. Therefore, it took me no more than one hour by train to go to a different city, in a different country. To all those who ask me, I always describe Bratislava the same way: "The capital city of Slovakia is a contrast between the ancient and the new, the lively and the historical. What surprised me the most about it was its intense past and its combination with the animation and cultural life on its streets". I said that for the first time almost three years ago and, up to this day, I still feel the same way about it.

The first thing I did once I arrived there was to find a way to reach my hotel. Well, botel. A 'botel' is a ship which has been converted into a hotel and which is located in the Danube river. The one in which I slept - and in which I ate the delicious Indian food served in its restaurant -  was called Botel Marina and it was right opposite Bratislava Castle.

As Bratislava has no Metro, I had to take the bus. For those of you interested in that specific botel, you should get off at the stop called Zochova and, from there, cross the street, climb some stairs down and walk along the river shore until you find it. 

Even though Bratislava is the capital city of a country that has only existed as such since 1993, when it became independent from the Czech Republic, it is an ancient city. It is indeed this mixture of maturity and youthfulness that makes Bratislava a classical but dynmamic city, full of contrasts. These contrasts are best seen in the old town, where the core of the city is clearly composed of narrow streets, courtyards, galleries and antique bookshops in contrast with modern art galleries, contemporary restaurants and a youthful atmosphere that impregnates everything. 

Bratislava, with only half a million inhabitants, is a comfortable city, easy to tour in. A good place to start this tour is Hlavné Námestie (or Hlavné Square), located right in the centre of the most ancient part of the city and dominated by the presence of the city hall as well as Maximilian's Fountain. 

To continue the tour, it is advisable to follow what I there referred to as "The Tour of the Churches" - an itinerary including St. Martin's Cathedral, the Baroque Old Cathedral of Saint John of Matha and Saint Felix of Valois (also known as Holy Trinity Cathedral), the Gothic Clarissine Church and the Art Nouveau Church of Saint Elizabeth (popularly referred to as 'Blue Church').

A must-see when travelling to Bratislava is its Castle. Originially built in the 10th century and located on the peak of a hill, it offers a spectacular view from which it is very easy to distinguish the more ancient part of the city and the most modern one. Its height of 150 metres means that, in order to see it, you will have to either climb stairs or walk on steep streets. Whichever way you choose, make sure that you drink a delicious, home-made, natural juice when you are on top of it to make sure that you hydrate, especially if you go there in summer.

Another thing that I loved about Bratislava is the fact that you can see art on every single corner of the city, even on the most unexpected ones. When one walks around this magical city, realistic sculptures showing diverse situations appear all around it. The ones that I loved the most are Man at Work, very close to Hlavné Námestie, showing, as its name indicates, a man while working; the sculpture of Schöne Náci, a popular Slovak character, which welcomes all visitors when arriving at Hlavné Námestie; and the statue representing a Napoleonic soldier, also located at Hlavné Námestie.       

Some other landmarks that you should not miss when visiting Bratislava are St. Michael's Gate, Grassalkovich Palace, the House of the Good Shepherd and Primate's Palace. St. Michael's Gate is the only historical gate (out of the three that existed in the past) that is still standing from the Medieval period. It had to be rebuilt in the 14th century in Renaissance style and, later on, in Baroque style. The street where it is located is full of tiny cafés and charming beer gardens decorated with flowers. And, of course, a vast amount of people sitting on their terraces, drinking a cup of coffee or a beer and enjoying the nice weather. Grassalkovich Palace is a more modern building (1760) and it is the current residence of the Slovak President. The House of the Good Shepherd is a rococo building located opposite St. Martin's Cathedral. It is said that this house is the narrowest one in Europe. Finally, Primate's Palace is a neoclassical building which dates back to 1778 and is located very close to the city hall. This building is considered to be one of Bratislava's most beautiful ones.

As you can guess from all the above-mentioned, Bratislava, even though it is a small city, has a lot to offer to everyone - from art and history lovers to anyone in search of a different cultural experience. In short, it is an amazing city which is worth visiting. 


Spanish / Español:

Bratislava: cuando lo nuevo se topa con lo viejo 
y lo mezcla con vida, historia y cultura.

Volvamos, una vez más, a 2014, cuando, después de un largo curso académico trabajando, decidí viajar, yo sola, a Viena, Bratislava y Budapest durante diez días.

Bratislava fue mi segunda parada, ya que está situada a sólo 65 km de Viena. Por lo tanto, no tardé más de una hora en tren para ir a una ciudad diferente, en un país diferente. A todos aquellos que me preguntan qué impresiones me llevé de Bratislava, siempre les describo Bratislava de la misma manera: "La capital de Eslovaquia es un contraste entre lo antiguo y lo nuevo, lo vivo y lo histórico. Lo que más me sorprendió fue su intenso pasado y su combinación de todo eso con la animación y la vida cultural de sus calles". Eso lo dije por primera vez hace casi tres años y, a día de hoy, sigo sintiendo lo mismo respecto a Bratislava.

La primera cosa que hice una vez llegué allí fue encontrar una manera de llegar a mi hotel. Bueno, botel. Un 'botel' es un barco que ha sido convertido en un hotel y que se encuentra, en este caso, en el río Danubio. El botel en el que yo dormí - y en el que comí la deliciosa comida india servida en su restaurante - se llamaba Botel Marina y estaba justo en frente del Castillo de Bratislava.

Como Bratislava no tiene metro, tuve que coger el autobús. Para aquellos interesados ​​en ese botel en concreto, tenéis que bajaros en la parada llamada Zochova y, desde allí, cruzar la calle, bajar escaleras y caminar a lo largo de la orilla del río hasta que lo encontréis.

A pesar de que Bratislava sea la capital de un país que sólo ha existido como tal desde 1993, cuando se independizó de la República Checa, es una ciudad antigua. De hecho, esta mezcla de madurez y juventud hace de Bratislava una ciudad clásica pero dinámica, llena de contrastes. Estos contrastes se ven mejor en el casco antiguo, donde el núcleo de la ciudad se compone claramente de calles estrechas, patios, galerías y librerías antiguas en contraste con galerías de arte moderno, restaurantes contemporáneos y un ambiente juvenil que lo impregna todo.

Bratislava, con sólo medio millón de habitantes, es una ciudad cómoda, fácil de visitar. Un buen lugar para comenzar este tour es Hlavné Námestie (o Plaza Hlavné), situada en el centro de la parte más antigua de la ciudad y dominada por la presencia del ayuntamiento y de la Fuente de Maximiliano.

Para continuar el recorrido, es aconsejable seguir lo que yo llamé "El Paseo de las Iglesias" - un itinerario que incluye la Catedral de San Martín, la Catedral barroca de San Juan de Matha y San Félix de Valois (también conocida como La Catedral de la Santísima Trinidad), la Iglesia gótica de las Clarisas y la Iglesia art nouveau de Santa Isabel (popularmente conocida como "Iglesia Azul").

Una visita obligada cuando se viaja a Bratislava es su castillo. Originalmente construido en el siglo X y situado en el pico de una colina, ofrece una vista espectacular desde la que es muy fácil distinguir la parte más antigua de la ciudad y la más moderna. Su altura de 150 metros significa que, para verlo, tendréis que subir escaleras o caminar por calles bastante empinadas. Sea cual sea la forma que elijáis, aseguraos de beber un delicioso zumo casero y natural cuando estéis en la cima de la colina para aseguraros de que os hidratáis, especialmente si vais allí en verano.

Otra cosa que me encantó de Bratislava es el hecho de que se puede ver arte en cada rincón de la ciudad, incluso en los lugares más inesperados. Cuando una camina alrededor de esta ciudad mágica, van apareciendo a su alrededor esculturas realistas que muestran diversas situaciones. Las que más me gustaron fueron Man at Work, muy cerca de Hlavné Námestie, y la cual muestra, como su nombre indica, un hombre trabajando; la escultura de Schöne Náci, un popular personaje eslovaco, quien acoge a todos los visitantes al llegar a Hlavné Námestie; y la estatua que muestra a un soldado napoleónico, también situado en Hlavné Námestie.

Algunos otros monumentos que no debéis perderos cuando visitéis Bratislava son la Puerta de San Miguel, el Palacio de Grassalkovich, la Casa del Buen Pastor y el Palacio del Primado. La Puerta de San Miguel es la única puerta histórica (de las tres que existieron en el pasado) que todavía se mantiene en pie de la época Medieval. Tuvo que ser reconstruida en el siglo XIV en estilo renacentista y, más tarde, en estilo barroco. La calle donde se encuentra está llena de pequeños cafés y encantadoras cervecerías decoradas con flores. Y, por supuesto, una gran cantidad de personas sentadas en sus terrazas, bebiendo una taza de café o una cerveza y disfrutando del buen tiempo. El Palacio de Grassalkovich es un edificio más moderno (data de 1760) y es la residencia actual del presidente eslovaco. La Casa del Buen Pastor es un edificio rococó situado frente a la Catedral de San Martín. Se dice que esta casa es la más estrecha de Europa. Por último, el Palacio del Primado es un edificio neoclásico que data de 1778 y está situado muy cerca del ayuntamiento. Este edificio es considerado uno de los más bellos de Bratislava.

Como os podéis imaginar a partir de todo lo dicho anteriormente, Bratislava, aunque es una ciudad pequeña, tiene mucho que ofrecer a todos y todas - desde los/las amantes del arte y la historia hasta cualquier persona en busca de una experiencia cultural diferente. En resumen, es una ciudad increíble que vale la pena visitar.

Bratislava Castle / Castillo de Bratislava:















Hlavné Námestie:













Botel Marina:






Street Art / Arte en la calle:











St. Martin's Cathedral / Catedral de San Martín:








Blue Church / Iglesia Azul:









Other buildings / Otros edificios:



St. Michael's Gate / Puerta de San Miguel



Holy Trinity Cathedral / Catedral de la Santísima Trinidad



Clarissine Church / Iglesia de las Clarisas



Slovak Philharmonic / Filarmónica eslovaca



House of the Good Shepherd / Casa del buen pastor



Slovak Philharmonic / Filarmónica eslovaca



Primate's Palace / Palacio del Primado



Grassalkovich Palace / Palacio de Grassalkovich



Devin Castle / Castillo de Devin



Devin Castle / Castillo de Devin


Devin Castle / Castillo de Devin


Devin Castle / Castillo de Devin


Devin Castle / Castillo de Devin



National Uprising Bridge / Puente de la Insurrección Nacional


National Uprising Bridge / Puente de la Insurrección Nacional


National Uprising Bridge / Puente de la Insurrección Nacional

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